miércoles, 20 de junio de 2012

Pito pito, gorgorito


Es de suponer que, como somos adultos responsables, ya sabemos la estrategia a seguir: protestar ante lo que creemos injusto.
Los ciudadanos comprometidos tienen a su elección unos platos, en el menú, para poder elegir.
¿Y si a alguien le “interesa” el menú completo? Pues puede empacharse si quiere “degustarlo” entero. ¿Y si opta por un plato en concreto? Será consciente de que su alimentación es insuficiente y, mientras tanto, los “virus” atacarán a sus defensas causándole daños irreparables, e incluso la muerte.
¿Les pongo unos ejemplos para poder salir de semejante metáfora culinaria? Pues ahí van:
19 de junio, Zaragoza. En la Plaza San Miguel, a las 20,00 horas, manifestación convocada por la CNT.
20 de junio, Zaragoza. En Plaza Paraíso, a las 19,30, manifestación convocada por CCOO y UGT.
23 de junio, Zaragoza. En Glorieta de Sasera, a las 19,00 horas, manifestación convocada por asociaciones, algunos sindicatos, etc. (Plataforma de trabajadores de las Contratas del Ayuntamiento,  Asambleas 15M, CGT, OSTA, Marea Verde, Plataforma contra la Privatización de la sanidad de Aragón y una treintena más de colectivos).
¿La diferencia de pretensiones entre los asistentes a alguna de las manifestaciones (o a las tres, menú completo), es tan enorme para no poder convocar una (o dos, o dos mil), e ir todos? ¿Se defienden cosas tan opuestas?
Sigamos así, fraccionadicos; puede que no alcancemos nuestro objetivo pero oye: no vamos a descubrir ahora lo que es la izquierda.



domingo, 17 de junio de 2012

Una novela recomendable



<< ¡Qué absurdas víctimas de deseos contradictorios somos las personas! El hombre que se ha establecido en un sitio anhela la vida del vagabundo. El hombre que viaja anhela tener un hogar. ¡Y, aun así, cuán bestial es el conformismo! Todas las grandes cosas de la vida fueron hechas por gente que no estaba conforme.
 La buena vida tiene tres ingredientes: aprendizaje, satisfacción y deseo. Un hombre debería aprender sin cesar sobre la marcha; también debería ganarse el pan para él y los suyos; y debería desear también, desear conocer lo incognoscible. >>

CHRISTOPHER MORLEY  (La librería ambulante)

lunes, 4 de junio de 2012

Retroceder


Si se consiente perder derechos sociales y laborales, adquiridos con tanto esfuerzo, se da la razón a los que los quitan. Si fuera por el interés general, habiendo barajado todas las posibilidades y no teniendo otras alternativas, con un esfuerzo verdaderamente compartido y revertiendo posteriormente esos derechos; tendría justificación la merma momentánea de éstos. Pero con el actual sistema social, con las desigualdades creciendo, silenciando y desoyendo a otras alternativas; es inadmisible resignarse y aceptar que se está dispuesto a vivir peor.
Las generaciones actuales son responsables de los derechos de las generaciones futuras. Éstas, mantendrán e intentarán aumentar, el nivel de vida que les llega –como una carrera de relevos, el testigo va pasando y el atleta intenta mejorar lo hecho por su compañero-.
Pensar que cediendo se les beneficia es engañarse a uno mismo. En el futuro pedirán explicaciones y habrá que negárselas o mentirles diciéndoles la inevitabilidad de nuestra pasividad. Serán explicaciones cobardes y, además, inútiles por su poca credibilidad.
Se puede retroceder, pero sólo si las fuerzas fallan tras haber intentado avanzar.