miércoles, 21 de enero de 2015

miércoles, 14 de enero de 2015

Runrún



LA MINORÍA SILENCIOSA
Hay personas que, desde hace mucho, están poniendo su tiempo al servicio de una ilusión hasta hace poco impensable. Se reúnen, dialogan, discuten por llegar a algún punto común. Para, desde allí, intentar cambiar las cosas. Difícil tarea. Poner en marcha un proyecto nuevo, una organización nueva y una política nueva. Y, una vez puesto el motor en marcha, empujar la ciudadanía el vehículo hacia una sociedad más justa.
No puede haber cambio si los ciudadanos se limitan a votar cada cuatro años.  El cambio empieza en uno mismo. No hay un salvador. No pensemos que harán la transformación los votados. No porque no quieran sino porque no pueden. Lobbies, grandes empresas, sector financiero, medios de comunicación… tienen poder suficiente para contrarrestar cualquier empuje que les suponga una merma en sus intereses. La alternativa necesita un apoyo continuo de la ciudadanía. O, dicho de otra manera, son los ciudadanos los que producen los cambios.
            Mientras la mayoría de la minoría silenciosa estamos “en el sofá” esperando que nos definan el camino hacia las urnas; hay personas invirtiendo su tiempo –y algo más– en intentar concretar un proyecto.
            Debemos hacerles saber lo meritorio de su dedicación y que, hasta que llegue el día, si no somos capaces de vencer la pereza y unirnos a ellos, que por lo menos perciban en nosotros el ilusionante runrún del cambio. No se llega a la meta con las elecciones… ese es el principio.

Carta publicada en Heraldo de Aragón y El Periódico de Aragón.