¡Necesitamos una modesta bajada salarial para poder subsistir! ¿A qué
esperan los trabajadores para concedérnosla? ¿Es que no quieren la paz social?
No es culpa nuestra que el Ayuntamiento nos haya otorgado el servicio;
en base a un pliego de condiciones supuestamente de obligado cumplimiento. Y
eso que pujamos por el servicio sin desearlo. Pero nuestro amor a la ciudad
puede con los inconvenientes de una situación laboral desfavorable a nuestros
intereses. No somos como esos cooperativistas que aspiraban a ocupar nuestra
posición. ¡Dónde se ha visto a un ejecutivo conduciendo un autobús!
Menos mal que contamos con el apoyo de una ciudadanía comprensiva y nos
hace de mamporreros; sino esto sería insufrible y los directivos tendríamos que
aplicarnos un auto-ere o bajarnos nuestro, ya de por sí, pequeño salario.
¿Y eso de supeditar los despidos a la negociación del convenio?
¡Estos privilegiados no están contentos con nada! ¡Gracias tenían que dar por
tener todavía trabajo!
Y en cuanto a los despedidos: ¡Se les ha dado hasta su finiquito! ¡Qué
más quieren! ¡Hemos cumplido con la legalidad! Y si no, dejemos que hagan su
trabajo los tribunales.
Entre nosotros, aquí… en confianza: los trabajadores no tienen bien
definido el concepto de democracia; la manosean a su antojo aprovechando la
coyuntura actual.
Pedimos un poco de empatía hacia los delegados y directivos de las
empresas. Con nuestro esfuerzo contribuimos a engrandecer los beneficios de
nuestros jefes y accionistas. ¿Cómo sino, van a dar trabajo a esos currantes
quejicas?
Gracias a dios que algunos políticos sí son conscientes de nuestra
labor abnegada para con la sociedad y nos echan una mano. Aunque son demasiado
tímidos con las reformas; nuestro agradecimiento para ellos.
El mismo que debieran darnos los desagradecidos trabajadores de
Autobuses Urbanos de Zaragoza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario