POBREZA Y
DESIGUALDAD
Tan sólo 2.600 millones serían
suficientes para rescatar de la pobreza a 700.000 familias sin ingresos. Estos datos no los sacan
a la luz organizaciones
izquierdosas o sospechosos perroflautas. Son cifras de entidades como
Cáritas, del informe Foesa o de la OCDE
que nos avisan que en nuestro país la
desigualdad aumenta. No quiero enredarme en cifras, pero está claro que las
clases medias y bajas están siendo los paganos de la crisis. Son dramáticos los miles de despidos de
trabajadores o la tasa de desempleo
juvenil. Son indignantes las bajadas de
sueldos, sin ir más lejos ese 21% que les ha rebajado FCC a los jardineros de
Zaragoza. Es vergonzoso ese 2º puesto en
la E.U. que ocupa España en pobreza infantil. Y aunque la calle clama nuestros
gobernantes no reblan. Hoy no está en la
agenda política la lucha contra la desigualdad. Se siguen elaborando leyes
injustas como la que quiere aprobar en breve la Sra. Rudí para la regulación
del Ingreso Aragonés de Inserción, una renta básica para familias sin
recursos en la que se endurecen las condiciones para cobrarlo, tan solo el 7%
de los perceptores en pobreza extrema tendrán derecho. ¿Qué pasará cuando los
más pobres no cuenten ni siquiera con un sustento mínimo? Veo cada día a
familias en el límite de la subsistencia y si desde los Servicios Sociales que
son la última frontera de protección no les damos respuesta ¿qué les queda? Que
no asuste a nadie cuando vean que las
manifestaciones pacíficas se recrudecen, quizás los disturbios sean
consecuencia de la creciente precariedad. El Estado no puede fallar, hoy más
que nunca es necesaria la protección social. Tan solo con que se dedicara un 5% de las ganancias de las empresas del
Ibex sería suficiente para garantizar cubrir las necesidades de los más
vulnerables. Una vez más vemos que no es
culpa de la crisis, sino de las políticas que se aplican el que la pobreza cada vez afecte a más ciudadanos.
Mercedes Lafuente (carta publicada en Heraldo de Aragón)
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