Gran novela la de Bradbury. Y mejor aún su adaptación al cine por Truffaut. Pero seguramente una visión demasiado complaciente e idílica en lo que respecta al ser humano. Muchas pantallas (ya no se sabe si estamos fuera o dentro, quién mira a quién, como escribió Cortázar en el cuento "Axolotl") y la rápida propagación de muchos mensajes de autoengaño (como "La crisis es una oportunidad de regeneración personal. Esto te va a cambiar la vida y si eres listo -este sistema da oportunidades a todos- lo sabrás aprovechar" se encargan tajantemente de corroborarlo): ha sido creada (¿de forma sólamente exógena?) una sociedad de zombies y está aquí para quedarse.
El espíritu de lucha sólo se cobija ya en según que personas combatientes. Muchos menos de los que memorizaban "Los hermanos Karamazov" para salvarlos de la quema.
Carlos, ya sólo cabe esperar al 21 de diciembre de este año, con una buena buena botella de vino. Y punto y final.
No seré yo quien deje de confirmar tu pesimismo. Solo queda agarrarse a las cosas que todavía creemos son útiles para llevar mejor esto que llamamos vida. Un libro y una botella de vino están entre ellas. Un abrazo.
2 comentarios:
Gran novela la de Bradbury. Y mejor aún su adaptación al cine por Truffaut. Pero seguramente una visión demasiado complaciente e idílica en lo que respecta al ser humano. Muchas pantallas (ya no se sabe si estamos fuera o dentro, quién mira a quién, como escribió Cortázar en el cuento "Axolotl") y la rápida propagación de muchos mensajes de autoengaño (como "La crisis es una oportunidad de regeneración personal. Esto te va a cambiar la vida y si eres listo -este sistema da oportunidades a todos- lo sabrás aprovechar" se encargan tajantemente de corroborarlo): ha sido creada (¿de forma sólamente exógena?) una sociedad de zombies y está aquí para quedarse.
El espíritu de lucha sólo se cobija ya en según que personas combatientes. Muchos menos de los que memorizaban "Los hermanos Karamazov" para salvarlos de la quema.
Carlos, ya sólo cabe esperar al 21 de diciembre de este año, con una buena buena botella de vino. Y punto y final.
Un saludo,
sergio
No seré yo quien deje de confirmar tu pesimismo. Solo queda agarrarse a las cosas que todavía creemos son útiles para llevar mejor esto que llamamos vida.
Un libro y una botella de vino están entre ellas.
Un abrazo.
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