Y si después de todo, todo fuera
un ir muriendo para al fin morirnos
a qué este loco empeño con convertirnos
en contables de un tiempo que no espera.
Y si resulta que lo cierto era
este sermón que viene a repetirnos
que avanza el huracán para abatirnos
y es inútil y absurda esta carrera.
Entonces, amor mío, ten sosiego
y aprovecha esta cueva que te ofrezco
y apura el agua que yo no he bebido.
El viento nos arrastra frío y ciego,
toma mi manta mientras yo envejezco:
amarte de otro modo no he sabido.
(De Ensayo general. Francisca Aguirre)
No hay comentarios:
Publicar un comentario