viernes, 20 de junio de 2008

La responsabilidad política no se limita, como suele entenderse, tan sólo a los gobernantes en su relación con los gobernados, por más que a aquéllos les pese en un grado superior. Alcanza también y sobre todo al ciudadano ante el resto de sus conciudadanos, a la relación de los gobernados entre sí. Es una responsabilidad que no se agota en el ejercicio del voto o en pagar los impuestos, sobra decirlo, sino que atañe a las múltiples formas de hacer oír su voz y de participar en las instituciones públicas a su alcance. Todo ello requiere una educación política como impulso y soporte. En cierto sentido, esa educación se convierte en el primer quehacer democrático, pues es el que permite descubrir y abordar con mayor garantía todos los demás quehaceres públicos.


Aurelio Arteta (El saber del ciudadano)

jueves, 5 de junio de 2008

Poema

¿Eres lo bastante discreto para que te diga lo que es el hombre?
Un pobre ser amasado con el barro de la desgracia.
Durante unos instantes ha disfrutado algunos placeres.
Luego ha emprendido el vuelo y se ha disipado.

Omar Jayyam (Rubayyat)