lunes, 15 de noviembre de 2010

Contrato.


“Ese contrato de integración, el Partido Popular lo presenta como un requisito indispensable para acceder al permiso de residencia y al permiso de trabajo y para su renovación.
Y en ese contrato de integración debe haber también un compromiso del inmigrante de que si vienen situaciones de crisis y de pérdida de puestos de trabajo, en un tiempo determinado se realice el retorno voluntario a su país. Porque cuando hay crisis y no hay oportunidades de trabajo no hay para nadie, ni para los de aquí ni para los de fuera. Y esa situación se debe de afrontar y se debe resolver.”
                               
           Alicia Sánchez Camacho (Candidata a la presidencia de la Generalitat).



O sea, como ha dicho la líder popular, el retorno sería voluntario. Venga tachar a los dirigentes del PP de xenófobos y racistas y resulta que lo que quieren es favorecer a los inmigrantes su salida para no tener que permanecer, en contra de su voluntad, en España.
Ya me imagino el traslado: en vuelos confortables en primera clase, un dinero suficiente para pasar el resto de su vida sin escaseces y proporcionándoles una vivienda digna, allá en su terruño.
Y  es que hay que escuchar y leer las declaraciones con buenas intenciones, jolín. Somos muy retorcidos con los patriotas del PP y muy poco críticos con los demás, ostras va… un poquito de por favor.

Por otra parte, es poco original la idea de un contrato de integración (partiendo de quien parte). Yo creo deberían avanzar un poco más y, siguiendo velando por los derechos sociales e incluso humanos, crear el contrato de desintegración. Ese sí es innovador y potenciador de la I+D.
Consistiría en hacer desaparecer de España todo lo que no ofreciera un rendimiento adecuado:
Los ancianos, si los cuidan los extranjeros va que te va pero si no son un estorbo: aplicando el contrato.
Los padres, cuando no puedan ser ellos los que puedan atender a los niños, llevarlos al colegio, etc. (ya sabemos lo que debemos arriesgar al dejarlos en manos extranjeras): contrato de desintegración al canto.
Los empresarios agrícolas, al ser incapaces de mantener una productividad por perecer los productos antes de recogerlos y no ofrezcan ya rentabilidad: aplicarles la letra pequeña del contrato.
Trabajadores y trabajadoras, ricos y ricas, clase media y medio, cuyo sustituto en las labores del hogar es el llamado servicio doméstico (otro riesgo diario a la hora de dejar nuestra escoba a esas personas de procedencia desconocida), al dejar desatendida la casa: contratico aplicado.
Dueños de bares, restaurantes y demás sector turístico ¡qué rentables pueden ser cuándo,  sino contaran con mano de obra extranjera, hasta las habitaciones de los hoteles tendrían que limpiarlas los turistas!: a cumplir la parte contratante de la parte contratante.
Grandes empresarios de la construcción, sector que era el motor que empujaba a la economía española y ahora dicen es un lastre para la misma; cuando en el andamio ha habido albañiles de nacionalidades diversas el motorcico iba revolucionado y a pleno rendimiento, como ahora no es así, dirigentes de las constructoras: aplicación de la letra grande del contrato.
Familiares de pacientes ingresados en los hospitales españoles; se nos derrumba nuestra existencia si se alarga la estancia de los enfermos que debemos cuidar. Inmigrantes les atienden y les dan su afecto. Por tanto, por la poca rentabilidad de dichos familiares: aplíqueseles el contrato de desintegración.

Podríamos seguir con más potenciales candidatos a la firma del citado contrato, pero creo que con esta representativa población es suficiente.
Lo que da derecho a comportarse con prepotencia con otras personas por el hecho de haber nacido en un determinado lugar, no está escrito en ningún contrato. Pero tiene un nombre.

lunes, 1 de noviembre de 2010

Otoño 2.





                             No sólo de la Rioja vive el hombre.




                             ¿Me cobrarán derecho de imagen?




                                                Shirah.