domingo, 7 de marzo de 2010

Cien años de su nacimiento.


Se ha retirado el campo
al ver abalanzarse
crispadamente al hombre.


¡Qué abismo entre el olivo
y el hombre se descubre!


El animal que canta:
el animal que puede
llorar y echar raíces,
rememoró sus garras.


Garras que revestía
de suavidad y flores,
pero que, al fin, desnuda
en toda su crueldad.


Crepitan en mis manos.
Aparta de ellas, hijo.
Estoy dispuesto a hundirlas,
dispuesto a proyectarlas
sobre tu carne leve.


He regresado al tigre.
Aparta o te destrozo.


Hoy el amor es muerte,
y el hombre acecha al hombre.

                                                                                                                 Miguel Hernández.



“Aventando sus versos, redondos y frescos como si hubieran sido escritos ayer y aquí, me uno a la celebración del centenario de su nacimiento y rindo un fraternal homenaje al poeta, al niño cabrero, al amigo desgajado, al amante exiliado, al padre huérfano, a la víctima de las cárceles de la dictadura, al hombre que cada vez que colgaba al sol los sueños, la vida le dejaba carbón, pero también me rindo homenaje a mí y a todos y cada uno de nosotros.”
                                                                                                                                     Joan Manuel Serrat.

No hay comentarios: