viernes, 23 de mayo de 2008

Diana.

Diana es la hija de unos amigos. Viven en el mismo bloque que nosotros. Está terminando la carrera de Magisterio y ha ido a la República Dominicana a hacer prácticas. Ha estado allí tres meses.
Ayer bajamos a saludarla y a darle la bienvenida. Aunque, y así intuía yo, los bienhallados fuimos nosotros.
El entusiasmo transmitido por esta muchacha reconforta.
Ha convivido con la realidad de un país de contrastes y contradicciones.
Y los niños que daba clase. Se le llenan los ojos de lágrimas cuando los menciona. Sin sensiblería y sí con espontaneidad.
Este mundo no sería así, si abundara más la sensibilidad como la que muestra Diana.

1 comentario:

Francisco Méndez S. dijo...

Este mundo no propicia la sensibilidad, por eso es un bien muy valioso, felicidades a Diana,

Saludos