jueves, 15 de enero de 2009

Gaza

Estoy leyendo “La mujer habitada” de Gioconda Belli, en él, la autora nicaragüense, escribe una reflexión sobre la guerra:

“¿En la guerra, cómo se diferencian los hombres? ¿Qué diferencia de fondo había entre dos hombres con un fusil cada uno, dispuestos a matarse en defensa de razones que ambos consideraban justas?

En la ofensiva israelí –que rico es el idioma español- en Gaza, no hay dos hombres con un fusil cada uno enfrentados por razones que los dos consideran justas. Lamentable sería aún así, pero es que no lo es. Por no tener, los palestinos no tienen ni la posibilidad de huir. Tal es la crueldad de los seres humanos que ordenan las acciones contra otros seres humanos.

No es Israel –aunque a veces el lenguaje se emplee simplificado- el que está cometiendo tamaña injusticia. Tienen nombres y apellidos los responsables de tales decisiones. Probablemente nunca se consiga hacer que paguen los dirigentes políticos por los crímenes cometidos. Desgraciadamente no creo ocurra lo que dice Gideon Levy, periodista de Haaretz que escribe en un artículo “a pesar de toda la manga ancha que el mundo nos ha dado desde que podemos recordar, a pesar de la indulgencia que siempre ha mostrado con Israel, esta vez la actitud del mundo puede ser diferente. Si seguimos así, es posible que algún día veamos constituirse otro tribunal especial en La Haya”.

Emplean la democracia como refugio. Vaya paradoja.

A un dirigente o simpatizante de Hamas se le mata. A él y a los que estén a su lado porque por emplear a la población como escudo humano no justifica la acción. Es como si un delincuente, para intentar no ser atrapado por la policía, se refugia detrás de un rehén, y la policía mata al inocente y al delincuente.

Amnistía Internacional denuncia el uso de civiles como escudos humanos: "Nuestras fuentes en Gaza informan de que los soldados israelíes han entrado y tomado posiciones en varias viviendas palestinas, obligando a las familias a quedarse en una habitación del primer piso mientras utilizan el resto de la casa como base militar y posición para francotiradores". "Los combatientes, sea cual sea su bando, no deben llevar a cabo ataques desde zonas civiles, pero incluso cuando se protegen tras una vivienda o un edificio de carácter civil para atacar, eso no convierte a dicho edificio y a los civiles que viven en él en un objetivo militar legítimo. Todos estos ataques son ilegítimos", ha dicho Malcolm Smart.

Antisemita es el argumento esgrimido para atacar a los que defienden algo tan evidente como los derechos humanos. Como si al condenar las acciones bélicas de los militares israelíes contra la población civil palestina se estuviera de acuerdo en que mueran ciudadanos israelíes por los misiles lanzados por Hamas.

Da la sensación, de nuevo, que no nos queda más que el recurso al pataleo. Sin presión internacional, o sea, nuestra, el gobierno de Israel acabará la “defensa” de su territorio cuando quiera. Para entonces, las víctimas palestinas habrán engrosado otra vez la más vergonzosa de las listas: la del olvido cobarde.

No hay comentarios: