lunes, 14 de noviembre de 2011

Salvadores


Decimos: “Qué corta es la vida”, “qué pronto pasa el tiempo”; pero no siempre es así. Las últimas semanas, se están haciendo muy largas. Está uno impaciente por celebrar lo que va acontecer a partir del 20 N.
Cuando llegue esa fecha, se va a acabar el sin vivir que supone informarse a través de los medios periodísticos –reflejo de la realidad, y de las soluciones únicas–.
De un tiempo a esta parte todo es apocalipsis. A la constatación del fin del sueño europeo, se le une el fin del estado del bienestar; hay casi cinco millones de parados y los demás “privilegiados” estamos “preparados” –parafraseando a Millás–.
Pero “el frotar se va a acabar”. Terminarán los apuros para las familias con pocos recursos y, gracias a la confianza de los que tienen, –hasta ahora debían tenerla, tan solo, en el futuro–, el dinero saldrá a la superficie como setas en otoño húmedo. Circulará en todas direcciones, pero especialmente río abajo –el delta necesita una corriente tranquila pero duradera para su recuperación–.
La democracia será algo más que una palabra recurrente en la que todo cabe para definirla, pero poco para ponerla en práctica. Por ello, los movimientos de indignados se tornarán a la tranquilidad.
¡Qué vengan ya los salvadores! ¡Qué acaben con la tiranía de los mercados! Fin de la ironía.
Esos “salvadores” no vendrán sin avisar. Millones de personas depositarán su voto a sabiendas de lo que aquellos están dispuestos a hacer. Con esa decisión, estos votantes, legitimarán y contribuirán a que se extienda, su propia forma de ser.

2 comentarios:

Al berto Sanz dijo...

Si a partir del día 21, el gobierno del PP cambia las tornas de los acontecimientos:¡Bienvenido sea! Me alegraré por las familias conocidas(alguna de ellas muy allegadas)que lo están pasando francamente mal, y me alegraré tambien por esas familias españolas que no tienen ningún ingreso(ni siquiera una "caritativa" ayuda del Estado) para dar de comer a sus hjos.Ojalá me equivoque pero, me temo que esto no va a er así.España seguirá intentando pulir su deuda a costa de los españolitos,lavará su imagen exterior mientras se llena de mugre su interior,y al final,nos iremos pareciendo a una sociedad tercermundista, sin trabajo, sin vivienda,sin ingresos...

Lamento ser tsn pesimista.

Un saludo, Carlos.

Anónimo dijo...

Ojalá mañana muchos electores no fuesen a depositar su "voto" (el voto real debería ser una participación mucho más lineal y directa en el conjunto de la población, para lo que hay que ejercer también muchísima autocrítica) mañana como entregados a la emoción de un Madrid-Barça.
Hacinados en lo emocionante del resultado incluso a sabiendas de que los partidos intentan conquistar votos a los votantes con asesores de imagen, con asesores de ideas en costosísimas campañas financiadas por numerosísimos lobbies. Muchos electores tan sólo vivirán la emoción del resultado muriendo así un poco más el quizá inabarcable proyecto -pero no por ello menos ansiado- de una democracia mucho más verdadera, real y directa. Lo que el grandísimo Gilles Deleuze denominó el rizoma en contraposición a la idea de lo radicular y arborescente (propia del pensamiento y de las relaciones jerárquicas asentadas sobre cimientos demasiado endebles).

El resultado será posiblemente lo de menos. Los amos los mismos, nosotros con diferente collar. Porque en definitiva el rojo y el azul siempre han sido nuestro color favorito. Puro glamour.

Mañana será un día gris, nublado, en el que inevitablemente SACAR EL PARAGUAS mucho más que hoy y menos que mañana.
Pero también puede ser el principio de algo. A veces tenemos que cometer innumerables errores para atisbar un salida cercana en este laberinto en el que nos hallamos.

Un saludo Carlos,
Sergio