Es un escrito muy bueno y con el que coincido totalmente. Creo que el gran Nietzsche decía que Pandora metió en su caja todos los males para poder destaparlos excepto uno: la esperanza.
A nivel de amistades conozco frases tan mediocres con las que los han despachado desde sus trabajos, jefes o compañeros, como "La esperanza es lo último que se pierde" ó "Siempre hay luz al final del túnel". Me parece una palabrería tan cursi como innecesaria.
El último libro de Punset también ahondaba en la línea del optimismo. Y Bruno Cardeñosa, magistral como siempre en sus exposiciones y gran investigador, le replicaba, cuando no es lo "políticamente correcto": "¡Qué optimismo puede haber cuando las generaciones venideras van a recibir un mundo sin recursos, contaminado, con una menor esperanza de vida, sin valores, con diferencias insoslayables entre razas y clases!".
El optimismo no es una coraza bajo la que guarecerse (aunque haya motivos para buscar escondrijo) el optimismo es un valor, un vector que irradia fuerza y determinación. Una afirmación cuyos objetivos son irrenunciables y su fuerza inagotable... Cueste lo que cueste, y le pese a quien le pese.
1 comentario:
Hola Carlos,
Es un escrito muy bueno y con el que coincido totalmente. Creo que el gran Nietzsche decía que Pandora metió en su caja todos los males para poder destaparlos excepto uno: la esperanza.
A nivel de amistades conozco frases tan mediocres con las que los han despachado desde sus trabajos, jefes o compañeros, como "La esperanza es lo último que se pierde" ó "Siempre hay luz al final del túnel". Me parece una palabrería tan cursi como innecesaria.
El último libro de Punset también ahondaba en la línea del optimismo. Y Bruno Cardeñosa, magistral como siempre en sus exposiciones y gran investigador, le replicaba, cuando no es lo "políticamente correcto": "¡Qué optimismo puede haber cuando las generaciones venideras van a recibir un mundo sin recursos, contaminado, con una menor esperanza de vida, sin valores, con diferencias insoslayables entre razas y clases!".
El optimismo no es una coraza bajo la que guarecerse (aunque haya motivos para buscar escondrijo) el optimismo es un valor, un vector que irradia fuerza y determinación.
Una afirmación cuyos objetivos son irrenunciables y su fuerza inagotable... Cueste lo que cueste, y le pese a quien le pese.
Un saludo Carlos,
sergio
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