lunes, 14 de abril de 2008

Segunda República.

Setenta y siete años después de la proclamación de la Segunda República.

Frente a los intentos de seguir denigrando un periodo que alumbró una de las mayores esperanzas colectivas vividas por el pueblo español, se impone un esfuerzo adicional para que las generaciones jóvenes sepan lo que verdaderamente pasó. La Segunda República fue un serio intento de modernizar y democratizar España. Recibida con alborozo por la población en un ambiente de orden y fiesta, revolucionó la enseñanza y combatió eficazmente el analfabetismo, dando un inédito protagonismo a maestros y docentes; llevó el saber a los rincones más escondidos de la España rural a través de las Misiones Pedagógicas; favoreció el que la vida cultural del país alcanzara niveles de vanguardia; hizo una ambiciosa política de obras públicas; intentó una reforma agraria que terminara con el hambre y las flagrantes injusticias de las zonas latifundistas; llevó a cabo una necesaria reforma militar, e implantó el laicismo, tal vez de manera demasiado radical dadas las circunstancias.

Con el recuerdo de la República, combatida desde sus inicios por los sectores reaccionarios del país y liquidada por una feroz guerra civil alentada por Hitler y Mussolini, no se trata de abrir viejas heridas, sino, al contrario, de cerrarlas, pero no en falso, y de asumir el pasado para seguir construyendo un futuro bien cimentado y acorde con el espíritu de nuestra Constitución.

Félix Santos. (Extracto del artículo de opinión publicado en El País el 14 de abril de 2008)

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