miércoles, 23 de septiembre de 2009

Explicación y retorno.

Uno de los motivos por los que decidí cerrar el blog era porque sentía que hacía trampas. No sé si a mí mismo, pero sí a los que lo leían.
La mayor parte de las entradas consistían en transcribir lo que otros opinaban. Sentía que desde la cómoda posición del confortable cuarto del ordenador, el sufrimiento ajeno lo digería con unas líneas en el Word.
Es todo tan absurdo. Mientras pensamos en cómo vivir, la vida pasa sin vivir. Y los más, malviven sin ni siquiera lo básico.
Otro de los motivos, y este sí es equivocado, fue el preguntarme ¿para qué?, ¿para quién? Después de los emotivos comentarios de Javier y Belia, me he respondido: tan sólo una persona que se moleste en entrar en un blog, leer las entradas y comentar las que le interesen, merece la pena. Aunque sea como desahogo personal. ¿Para qué? Pues para eso. ¿Para quién? Pues para esas personas.
Así es que vuelvo a las entraditas. Y es que no hay nada como sentirse seguro de sí mismo: hoy digo no, pasado mañana digo sí. Me atraen las personas que dudan. Eso sí, prometiendo que no volveré a “marear la perdiz”. No quiero parecerme a esos niños consentidos que, para llamar la atención y sentirse queridos, aprietan las tuercas a los “sufridos” padres.
Pese a lo dicho, dudo pueda cambiar de orientación el blog. Uno intenta ser consciente de sus limitaciones y habla o escribe de sus pequeñas o grandes obsesiones.
No quisiera terminar esta entrada sin agradecer a “los comentaristas” y a los que leen y no comentan que estén ahí, al otro lado. Ese otro lado, es también el mío.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Me alegro del retorno.
Yo entro de vez en cuando y me gusta ver tus recomendaciones, reflexiones, y tambien y mucho tus opiniones.
Como un buen sumilller tienes buen oido, sabes escuchar, buen olfato, distingues lo importante de lo que no lo es, y sobretodo buen gusto, para distinguir los matices y compartir inquietudes.
Sobre la orientacion te dire que solo uno mismo se pone los limites.
Un beso, Mer

Javier dijo...

Rectificar es de sabios, y tú tienes algo se sabio.

Juan Carlos Ruesca Hernández dijo...

Muchas gracias.

Diana dijo...

Sí, es una muy mala costumbre eso de leer y no dejar comentarios. Y lamentablemente la tenemos muchos...

Nos gusta empaparnos de todo lo que leemos, pero para comentar es necesario aportar algo, no?

Imagino que por un segundo pensamos que no vamos a aportar nada nuevo porque estamos leyendo pensamientos, ideas y relatos muy trabajados y pensados.

Por eso te animo a seguir escribiendo tu blog, a tu estilo y a tu ritmo, porque seamos muchos o pocos los que lo leemos, estoy segura de que no hay quien no se empape de lo que escribes.

Un abrazo,

Diana

Juan Carlos Ruesca Hernández dijo...

Diana, eso que me has escrito es muy bonito. Intentaré seguir empapando. Con estos lectores el que más se va a mojar voy a ser yo.