domingo, 13 de septiembre de 2009

Nueve.

Nueve son los apartados en los que Juan José Millás ha decidido dividir el reportaje sobre Cachemira del número 1.719 de El País Semanal.

Infierno en Cachemira forma parte de la serie de reportajes que Médicos Sin Fronteras y el País Semanal hacen conjuntamente para intentar acercar a los lectores los conflictos olvidados.

Uno disfruta de la ironía de Millás cuando lee sus artículos y demás escritos.

La ironía, al asociarse al sentido del humor, suele arrancar alguna sonrisa al lector.

Pero en este reportaje no creo se deba definir como ironía algunas frases imaginativas del autor. Y si es así como debe definirse, dicha ironía deja un poso terrible y tenebroso.

Por ejemplo: Además de los trescientos millones de dioses, todos en activo, en la India hay más de mil millones de individuos, dieciocho lenguas oficiales y más de mil dialectos. El número de millonarios, como el de pobres, es difícil de calcular, pero nueve de ellos (de los millonarios) están situados entre los cincuenta primeros de la lista Forbes (no hay de momento lista Forbes de los más pobres).

O este otro ejemplo: La carcasa de mi bolígrafo, fabricado en Tailandia, era transparente. Su depósito parecía un vaso sanguíneo, de modo que a medida que escribía con él acerca de la existencia cotidiana de los cachemires, daba la impresión de desangrarse, más que de consumirse. Todo aquí estaba escrito con sangre.

Juan José Millás, habitualmente, en este suplemento dominical, comenta una fotografía. Siempre con imaginación e implicación traza, mediante la escritura, los rasgos precisos que definen a las personas de la foto.

Seguidores de este blog, intenten ustedes definir los sentimientos de las personas que aparecen en esta fotografía.

Son, Juan José Millás y Abdul Ahad. Abdul aún busca a sus dos hijos desaparecidos en Nepal en el año 2000.

Hay imágenes que no engañan.



2 comentarios:

Anónimo dijo...

Impresionante reportaje el de Millas. Yo lo lei y no podia imaginar la situacion del pais. Son conflictos olvidados, que casi nunca salen en los medios. Pero el sufrimiento de la gente ahi sigue.
La foto es tremenda, dice mucho de la implicacion del autor en el reportaje. NO puedes mantenerte impasible ante dolor, y menos cuando estas tan cerca. Como le abraza Millas, abarcandole todo, incluso el alma, como se refugia el anciano, que sensacion de apoyo, cuando nadie apoya. Una foto que dice mucho sin hablar de nada
Mer

Juan Carlos Ruesca Hernández dijo...

Dicen que las apariencias engañan. Puede, pero no creo sea en esta ocasión.