viernes, 17 de diciembre de 2010

Clima laboral.


Sancionan a los trabajadores por no querer trabajar en su horario laboral: vagos.
Sancionan por querer cobrar más de lo estipulado: ladrones.
Sancionan por querer irse a casa antes de terminar la jornada: jetas.
Y se podrían enumerar más ejemplos de lo que entienden por incumplimiento de los deberes laborales.
Con una plantilla así, los directivos de las empresas, tienen que tener mano dura.
Además con estrategia: no acusando de vagos, ladrones y jetas a todos ellos, sino a uno por aquí, a otro por allá… destruyendo, así, cualquier atisbo de colectividad. No vaya a ser que se sientan insultados y tengan tentaciones reivindicativas.
“La unión hace la fuerza” les parece, a los dirigentes, proclama de viejos tiempos trasnochados y de improbable obtención hoy en día.
“Malos tiempos para la lírica” cantaba Golpes Bajos. El miedo, la pereza, el “sálvese quien pueda”, y cualquier justificación para no afrontar los problemas se ha apoderado de la llamada clase trabajadora.
Y ahí estamos, siguiéndoles el juego. Sabiendo quién va a ganar la partida.
Y eso sabiendo que es injusto -aparte de que ningún trabajador se considera vago, ladrón o jeta- se ha empleado la mentira y las interpretaciones propias para aplicar las sanciones. ¡Imagínense si fuera verdad! Entonces no empezaríamos ni el juego.
¿Solución? Henry Louis Mencken escribió: “Para todo problema humano hay siempre una solución fácil, clara, plausible y equivocada”.
Pero cualquier cosa menos la apatía. Aunque, eso sí, para hacer cambiar las actitudes de algunas personas hace falta determinación y constancia. Aun así puede que no cambien pero, consistiría, en que no les compensase esa forma de actuar. Que les fuese incómodo tener a una plantilla permanentemente plantándoles cara.
¿Están dispuestos los trabajadores a intentar esa solución?
Les seguiré informando.

2 comentarios:

Javier dijo...

Pues yo sí voy a plantar cara, aunque me la partan. No sería la primera vez. Llámame romántico, que dijo "el otro".

Juan Carlos Ruesca Hernández dijo...

No sirve "plantar cara" de forma aislada. La cuestión es, de entre toda la plantilla, cuántos plantan cara, cómo se "planta cara" y cuánto tiempo se está dispuesto a "plantar cara". Francamente, no se cómo responder a estas preguntas. Supongo que la respuesta saldrá entre todos compañeros. Y lo que se decida secundarlo. Pero soy muy pesimista ante la situación actual.