viernes, 17 de octubre de 2008

Vino y cine.

Vino, Woody, Barcelona

Salí del cine con ganas de tomarme un buen vino. Embriagadores primeros 20 minutos de película: en todas las secuencias aparecía una copa de vino y así, con tragos más cortos o largos, hasta el final. Perdí la cuenta de cuántos tintos, blancos y cavas pasaron por las manos de los protagonistas de Vicky Cristina Barcelona. Ha tenido que llegar Woody Allen para hablar del vino español. Vino en la buena mesa, en manteles impolutos de restaurantes, en casa, reuniones de amigos, hoteles, en modernas y finas copas de cristal. El vino como un complemento natural, cultural y glamouroso. Todo un ejemplo de cómo hacer protagonista al vino sin sacar primeros planos de marcas.
Es cierto que el vino español está de moda en Estados Unidos, y también que desde allí nos llegan sus influencias cinematográficas. Recuerden la película Entre copas, la que consiguió poner de moda la Pinot Noir en España y en el mundo. ¿Por qué la uva Tempranillo o la Albariño no se pasean por las pantallas?
Hemos dejado atrás la imagen del porrón, la bota y el chato, hacemos vino y películas de calidad de alcance internacional. El cine español ignora la cultura del vino mientras otros directores europeos lo fomentan. Aunque en esta ocasión Woody Allen haya dirigido un trago corto, ya decía Fellini que "un buen vino es como una película, dura un instante y te deja un sabor a gloria".

CRISTINA ALCALÁ 17/10/2008 (Diario El País)

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