“He oído a la gente de los eventos fuera de la secuencia… y
en verdad, no hay dolor más grande que los padres en el funeral de sus hijos”.
Esta frase pronunciada en la película “Los idus de marzo”
del director George Clooney, bien podría haberse pronunciado en los funerales
por las víctimas de los atentados en Madrid de 2004.
Se conoce el orden natural de las pérdidas y, aun sabiendo
que morir es injusto, se acepta con más resignación si ha seguido el tiempo que
dictamina nuestra condición humana –nacemos, nos reproducimos y morimos–. Y, además
de este salto en el orden natural, nos impacta también la forma de desaparecer
de este mundo. Surgiendo siempre la pregunta ¿por qué?
Cada día mueren decenas de miles
de niños de hambre en el mundo, miles de personas fallecen en accidentes de
tráfico, millones por enfermedades y miles al año por acciones terroristas. Una
pérdida es una ruptura obligada.
Las
personas que perdieron a un ser querido en los atentados de Madrid, perdieron a
alguien irremplazable.
“Cuando
el cielo se apaga en Madrid nacerá una estrella para ti”, canta el bueno de
Manuel Nivela, componente del grupo El Cuarto Creciente.
Escuchen
la canción y difúndanla –es gratis y hay permiso para ello–.
Cada
uno lleva las ausencias como puede, la poesía y la música pueden ser una buena
ayuda. Y más si se tiene la suerte de conocer al autor.
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