jueves, 7 de abril de 2011

Otra carta.


La educación de excelencia de Esperanza Aguirre.

Supongo que con 21 años poco puedo aportar, pero tengo una pregunta sobre el plan de Aguirre: ¿Qué significa exactamente un Bachillerato de Excelencia? ¿Quiere decir que los demás serán los restos? ¿Quiere decir que se destinará más dinero público/recomendaciones/oportunidades/publicidad/recursos a esos colegios supuestamente llenos de gente capaz de pasar con notable facilidad lo que a otros puede costarles un poco más o que en casa tienen ambientes más favorables que otros? ¿Y qué pasa con los que sacan 6 o 5? ¿Son el segundo plato? ¿Ellos no se merecen una educación de calidad, de “excelencia”? ¿Son, a partir de ahora, otro nivel social?
Las notas solamente corroboran la facilidad o el tiempo de estudio que se ha dedicado, pero no valoran la capacidad de raciocinio, de ser un buen ser humano, completo, dedicado y digno de una civilización con 2.000 años de evolución.
Yo lo que veo es esto: una selección elitista, que fomenta la competitividad, el individualismo y la separación de clases. Lo que deberían hacer es fomentar las formaciones profesionales para preparar a los jóvenes a ser personas con creatividad, ganas de levantar una sociedad, su economía, de luchar por sus derechos y ser competitivos a nivel colectivo. Porque las universidades están llenas de niñas y niños con el nivel intelectual de cualquier otro joven de la calle y encima sin saber qué significa sociedad, capitalismo, ideología, utopía y pensar, en general. Es curioso, 2.000 años de evolución para llegar a esto. Y nos llamamos el Primer Mundo. No sé cuánto durará, pero qué triste.

Giulietta Hidalgo Ballester
Barcelona
Cartas  de los lectores (Diario Público. 7 de abril de 2011)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Con 21 años muestra una humanidad y una mirada crítica envidiable.

Juan Carlos Ruesca Hernández dijo...

Generación ni-ni. Ni son unos vagos, ni son unos consentidos. O mejor dicho: no son más vagos o más consentidos que la generación que le precede. La cual, por cierto, ha sido la responsable de su educación.