Ésta es la brutal carga policial de los Mossos d'Esquadra contra
los acampados en la Plaza de Cataluña de Barcelona esta mañana para
desalojarlos de la zona y hacer limpieza, por orden del Gobierno catalán
en acuerdo con el Ayuntamiento de la capital condal. Ni siquiera la
presencia de las cámaras ha disuadido a los Mossos de emplear una violencia innecesaria, excesiva y atroz.
Como ciudadano, me he sentido agredido, violentado e indignado viendo
una carga policial tan salvaje e injustificada. Injustificada, sí: no
encuentro razones para justificar que una fuerza policial emplee estos
medios bestiales en una llamada “democracia” contra gente cuya única
arma son las palmas de las manos levantadas o su cuerpo tirado en el
suelo. No encuentro justificación para explicar por qué un policía golpea con la punta de su porra en la boca del estómago a un joven que trata de pedirle calma y
respeto levantando las manos en alto y a pecho descubierto. Ni
encuentro justificación y sí irresponsabilidad en una fuerza policial
que golpea en la cabeza con un objeto tan contundente y lesivo como una porra.
También es irresponsable que la autoridad política que había ordenado
la operación no haya dado orden estricta de no utilizar estos métodos
de terror y violencia. La operación había sido encargada por el Gobierno catalán que había pedido a la policía local que limpiara la zona de la acampada de
cualquier objeto contundente que pudiera ser peligroso en la posible
celebración mañana de la victoria en la Champions del Fútbol Club
Barcelona.
Eso debería haber incluido a policías agresivos: los Mossos deberían haberse desalojado y agredido a sí mismos con sus porras por
haber utilizado objetos contundentes de forma peligrosa. Así habrían
cumplido estrictamente con la orden gubernativa. Y el Gobierno catalán
debería tener claro que un ser humano sentado en el suelo y con las
palmas en alto no es un objeto contundente al que limpiar, es un sujeto
que tiene unos derechos fundamentales, entre los que se encuentra el
respeto a su integridad física. A la gente no se la limpia a golpes como si esto fuera Kosovo. Insistían los Mossos durante la carga en que no era un desalojo. Viendo las imágenes, realmente no era un desalojo, era un desahogo:
se estaban desahogando con los agredidos. Se habrán quedado a gusto
dejando un balance de 40 heridos leves (por sólo uno policial).
El portavoz del gobierno de Cataluña, Francesc Homs, ha explicado las razones de la operación: "Tenemos que garantizar como Gobierno que las cosas se hagan de manera normal" y ha resaltado que cree que la sociedad tiene que poder expresarse como crea oportuno. Es preocupante que el gobierno catalán crea que uno se puede expresar oportunamente mientras le dan golpes.
Deberían probar a hacerlo en el Parlament: que los Mossos le den con la
porra a los parlamentarios cuando cojan el turno de palabra. A lo mejor
entonces nos parece que las cosas se están haciendo de “manera normal”.
Además, el portavoz ha justificado la operación policial, que han acordado con el Ayuntamiento, porque la situación "aconsejaba que entrara la brigada"
por una cuestión de salubridad. Pues que el gobierno y los Mossos
vigilen la suya propia, la mental, porque si eres capaz de justificar
una carga de este tipo o llevarla a cabo, es que deberías ser limpiado del sistema por objeto contundente y peligroso.
Carne cruda (Programa de Radio 3)
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