jueves, 23 de febrero de 2012

Tragar o luchar.


La nueva reforma laboral, en concordancia con las medidas adoptadas en los últimos años por los gobiernos a instancias de los mercados y los grandes magnates del poder, nos conduce inevitablemente al nuevo esclavismo del siglo XXI. Las nuevas medidas son indecentes, un atraco a la clase trabajadora y al ciudadano de a pie, una burla a los parados y, en sí, un ataque sin precedentes a las clases más desfavorecidas.
La nueva reforma otorga todo el poder a la patronal, da libertad absoluta para despedir, trata a los parados como delincuentes, se cargan la negociación colectiva, a la vez que instauran contratos precarios y contratos basura, así como un sinfín de medidas que ponen de evidencia la actual guerra comenzada por los mercados, los gobiernos y las instituciones contra los derechos y garantías de los trabajadores.
Ante este robo y expoliación sin precedentes de los derechos laborales y colectivos, sólo nos queda un camino: Tragar o luchar. Entiendo que ante el negro panorama que vemos al despertar, debemos pensar en un futuro de esperanza que pasa sin duda alguna por la movilización y la lucha social para derogar esta reforma. Entiendo también que es hora de luchar y de ser un clamor social, no sólo contra la reforma laboral sino contra todas estas medidas del sistema capitalista que nos abocan a la más absoluta precariedad como personas y como trabajadores.
Entiendo, para finalizar, que debemos ocupar las calles y ser un clamor social reivindicando permanentemente un cambio de estructuras del sistema encaminando nuestro futuro hacia los pilares del apoyo mutuo y la solidaridad, de los valores colectivos y sociales, de una sociedad libre donde las personas sean lo importante y no el dinero y las empresas. Ante esta pérdida de derechos que nos convierten en mera mercancía esclavista, si no es ahora cuando debemos luchar, ¿cuándo será?. Si no eres tú, ¿quién luchará?.
El único camino es la unidad y la lucha colectiva en la calle hasta que deroguemos estas medidas y consigamos un cambio social donde prevalezca un reparto justo y equitativo del trabajo y de la riqueza.

José Luis Muro. Zaragoza.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

c.g.b. estoy totalmente deacuerdo en todo compañero tenemos que luchar oclaudicar

Juan Carlos Ruesca Hernández dijo...

Si alguien tiene alguna idea mejor que la de salir a la calle, por favor comuníquenla al personal. Mientras tanto, no creo que quede otro remedio.
Gracias por el comentario Carlos.

Alberto Sanz dijo...

Estuve ayer en la calle, a partir de las 19:30 horas. Una vez más bajé a la calle y protesté contra la injusticia. Pude pasar de todo y quedarme en casa a lo cómodo, esperando que las injusticias desaparezcan por sí mismas, o simplemente ignorandolas, pensando que lo ignorado no se conoce y, puesto que no se conoce tampoco existe. No lo hice, y junto a unas miles de personas declaré una guerra cívica a la injusticia. Estuve con mi padre ( 84 años, de elos 9 en la carcel). Por momentos pude llegar a pensar que habíamos vuelto al pasado, cuando mi padre corría delante de los grises en la época franquista, ya que se pierden en pocos años, todas las ganancias que él y otros como él lograron en la calle.
Sí, mí padre todavía pelea por sus derechos, por los míos y por los de mis hijos. Pero si él, tú o yo peleamos incluso por lo que no es nuestro,¿ Por que no lo hacen los que peor lo pasan? Conozco mucha gente de izquierda que se siente maltratada en esta crisis, pero no pelean, no lo demuestran cuando hay que hacerlo. Alguien debería plantearse una buena gestión informativa, o a lo mejor sólo que cada uno de nosotros(los que lo vemos claro)hicieramos un ejercicio de persuasión a nuestros conocidos , que bien por comodidad, pereza,poca convicción..., no se dan cuenta de lo que está en juego.
Sea como sea, hace falta más gente en la calle.

Saludos para todos los asociados a tu blog.

Juan Carlos Ruesca Hernández dijo...

Uno tiene la sensación de que las cosas o se hacen por convicción o por desesperación.
Gracias por tu comentario, Alberto.

Sergio dijo...

Hoy a las cinco y cuatro minutos de la madrugada, cuando se dicen cosas mucho más importantes de lo que algunos piensan:

"Corren malos tiempos para los idealistas. Yo, sin serlo, caigo en la cuenta de que hace tiempo que no sueño despierto. Fantasear me hacía andar hacia adelante, ahora tan sólo ruedo."

Un saludo a todos,
sergio

Juan Carlos Ruesca Hernández dijo...

“Cuando se plantean ciertos temas, aparece el miedo y el ataque escéptico (defensivo) contra el idealismo, porque tememos vernos obligados a complicarnos la vida, a dejar nuestra comodidad en pro de un mundo más justo. Ahora es el momento de complicarse la vida o, mejor dicho, de implicarse en la vida”.
Dinero y conciencia (Joan Antonio Melé)