
sábado, 19 de diciembre de 2009
Los toros.
miércoles, 16 de diciembre de 2009
Brotes verdes.
Ha informado ya de un dato positivo en la economía aragonesa: ha crecido en el tercer trimestre de este año un 0,03 por ciento.
"Una cifra todavía exigua, pero de gran importancia psicológica, porque supone el principio del fin de la recesión en nuestra Comunidad", ha dicho Iglesias.
Asimismo, ha destacado que el mercado "no lo puede todo y ha quedado claro que los Estados y los Gobiernos son necesarios para regular y acotar los excesos que el propio mercado produce". Iglesias ha defendido la necesidad de "revisar los principios" sobre los que se ha asentado la economía en el último siglo y "un cambio en profundidad de su modelo productivo".
viernes, 11 de diciembre de 2009
Presión.
La presión ejercida por las personas en el pasado y en el presente ha demostrado que una tendencia puede cambiar. La presión, para cuestiones como la hambruna, no puede esperar al futuro.
lunes, 30 de noviembre de 2009
Aminatou Haidar.
jueves, 26 de noviembre de 2009
Enfermos olvidados.
https://www.msf.es/forms/participa_hsocio_form_i.asp
lunes, 16 de noviembre de 2009
Excomunión.
martes, 10 de noviembre de 2009
Kroke.
Es al segundo concierto que asisto de este trío polaco (La traducción de Kroke es Cracovia en yiddish).
Decir que interpretan música klezmer puede ser más orientativo que real. Han incorporado sus conocimientos jazzísticos y clásicos a música tradicional formando un estilo contemporáneo propio que no debe definirse tan sólo como judío.
La primera vez que los escuché en directo fue en el Audicon (Auditorio Eduardo del Pueyo). Entre aquella vez y ésta del Teatro Principal hay diferencias. Cada concierto es diferente; no ya por el repertorio elegido sino por el ambiente que crean, en un sitio u otro.
La calidad de la música a merced de la calidad real de sus oyentes dice William Schuman. El teatro Principal de Zaragoza se llenó para oír a unos músicos entregados, sabedores de que gustan y se gustan.
viernes, 6 de noviembre de 2009
Aborto II.
La Opinión de Gabilondo: 22 de octubre
Sólo después se ocupa del aborto. Podría decirse, y así hubiera debido explicarse, que el objetivo de la ley es lograr una sociedad madura, bien informada, preparada para vivir su sexualidad con libertad, respeto a los demás, y sentido de la responsabilidad, afín de evitar del fracaso y el drama de un embarazo no deseado. Al llegar a este punto, y no antes, el legislador se detiene en las circunstancias relacionadas con el aborto, de las que llevamos semanas hablando, discutiendo y protestando en las calles. Pero ni en el Parlamento ni en los medios ni en la calle se ha dedicado un sólo minuto al capítulo primero.
Y es casualidad que los sectores más conservadores, los que se alzan airados, abarrotados de doctrinas y preceptos cuando el embarazo no deseado se produce, los que pasan de puntillas, pudibundos, sin atreverse a mirar, por la realidad del sexo antes del embarazo. Y que cuando lo hacen es para prohibir, prohibir todo, desde la práctica del sexo hasta que se hable de él o incluso que se recomiende el uso de los preservativos.
La chica de 16 años, la protagonista de la durísima controversia actual, sólo parece interesarnos cuando la vemos embarazada. Entonces es cuando reclamamos que aparezcan los padres y toda la corte política, social y celestial. ¿Y antes? ¿Dónde estaban antes? De esto también se ocupa la ley. Y sería bueno que nos ocupáramos todos."
Iñaki, un placer escucharte.
Saludos
sábado, 31 de octubre de 2009
Y mintió.
Hay momentos en que un hombre tiene que tomar una decisión, ya sea una decisión profesional, o una decisión personal. Al fin y al cabo es una cuestión de integridad y de perseguir lo que realmente quieres, aunque signifique demostrar que te importa lo que pasa. Y a veces, a veces simplemente haces lo que es mejor para un amigo. Aunque eso signifique sacrificar tu propia felicidad.
De la serie Scrubs.
jueves, 22 de octubre de 2009
Fran Sevilla.
http://blogs.rtve.es/usuarios/fran-sevilla
domingo, 18 de octubre de 2009
Aborto.
No estaría mal que los manifestantes antiabortistas que acudieron ayer a Madrid vieran la película “Cuatro meses, tres semanas y dos días” dirigida por Cristian Mungiu.
No creo, a estas bajuras de la vida, que las convicciones se cambien con el cine. Pero, a veces, los principios fuertemente defendidos se cuestionan cuando se adquiere más información.
Pero tranquilos los contrarios y, aquí sí, contrarias a que la mujer decida lo que quiera hacer con su cuerpo, si este cuestionamiento se llega a producir, la hipocresía hace de freno ante cualquier cambio.
viernes, 9 de octubre de 2009
Cachete.
El otro día, mientras esperaba la salida de Irene de clase, en el patio un padre comentaba que tenía poca paciencia con su hijo y que, de vez en cuando, le arreaba algún cachete.
Otro le contestaba que no se podía permitir el poco caso de los niños para con sus padres. No se podía consentir que hicieran lo que quisieran, si ninguna cortapisa, y para ello lo mejor era “unos toquecitos terapéuticos”. Sin grandes golpes claro, él no hablaba de maltrato.
Por lo general, cuando ocurre esta conversación tan enriquecedora para los intereses de los niños, suelo intervenir poniendo de manifiesto mi total disconformidad ante el “eficiente método corrector”. Suelto el argumento, por ejemplo, de que algunos adultos también pueden ser merecedores de alguno sopapo y, sin embargo, nos reprimimos en dárselo porque no creemos sea lo que se deba hacer, e incluso pueden denunciarte por agresión ¿Por qué se tolera, e incluso alienta, el “bien pensado y razonado” cachete a los niños?
Llegados a ese punto, y eso que mi motor argumental está a ralentí, producido por la desgana que produce hablar contra una pared de ideas prefijadas, los padres “no maltratadores” se ofenden y muestran incomodidad –no les gusta que rebatan su seguridad- y piensan: “Ya tenemos aquí a otro blandengue consentidor de renacuajos”.
Pero el otro día, no. No estaba yo para expulsar saliva innecesaria. Quizá influenciado por las autoridades sanitarias internacionales y sus recomendaciones con respecto a la gripe A.
Mi mente no sé si se refugiaba en “La mecánica del Corazón” de Mathias Malgieu, el libro que estaba leyendo por aquellos días, o en aquella silueta femenina estratégicamente situada nada más entrar al patio a mano derecha.
Me ha ocurrido desde pequeñico, siendo consciente de lo mal educado que es no prestar atención al monologuista de turno, me abstraigo bajo el influjo de la luna aunque estemos a pleno sol. Eso sí, disimulo muy bien y les miro a los ojos mientras hablan, no quiero que se sientan heridos. Soy un blandengue consentidor de adultos.
miércoles, 30 de septiembre de 2009
jueves, 24 de septiembre de 2009
Italiano para principiantes.
ITALIANO PARA PRINCIPIANTES.
Una comedia romántica de Lone Scherfig.
Esto pone en la carátula del DVD (a veces, también la SGAE se beneficia de mis compras).
Es una película recomendada inteligentemente por Belia.
Fue Oso de Plata en Berlín en el año 2001, Premio del Jurado y Premio de la Crítica. En Valladolid el jurado le concedió la Espiga de Oro, Premio de la Juventud y Premio al Mejor Actor (Peter Gantzler, Jurgen Mortensen en la película).
Falta de afecto, dudas, torpeza, inseguridad, alcoholismo, soledad, eutanasia, la muerte, problemas con la conciencia…
No “te partes el pecho de risa” con esta película. Mantienes una sonrisa, que no es poco, producida por la fina ironía y por situaciones un tanto absurdas (por ejemplo, el equívoco en la iglesia cuando se celebran los funerales, o la antigua lesión de Mortensen que le impide realizar actividades amatorias en compañía pero no en soledad.
Esta obra es contenida, no es para espectadores con prisa, aún siendo Dogma no abusa en exceso de los movimientos de la cámara. Pero sí se ve espontaneidad y frescura.
Mención especial para Sara Indrio Jensen (la italiana de la película). Sus ojos negros son todo menos oscuros.
miércoles, 23 de septiembre de 2009
Explicación y retorno.
La mayor parte de las entradas consistían en transcribir lo que otros opinaban. Sentía que desde la cómoda posición del confortable cuarto del ordenador, el sufrimiento ajeno lo digería con unas líneas en el Word.
Es todo tan absurdo. Mientras pensamos en cómo vivir, la vida pasa sin vivir. Y los más, malviven sin ni siquiera lo básico.
Otro de los motivos, y este sí es equivocado, fue el preguntarme ¿para qué?, ¿para quién? Después de los emotivos comentarios de Javier y Belia, me he respondido: tan sólo una persona que se moleste en entrar en un blog, leer las entradas y comentar las que le interesen, merece la pena. Aunque sea como desahogo personal. ¿Para qué? Pues para eso. ¿Para quién? Pues para esas personas.
Así es que vuelvo a las entraditas. Y es que no hay nada como sentirse seguro de sí mismo: hoy digo no, pasado mañana digo sí. Me atraen las personas que dudan. Eso sí, prometiendo que no volveré a “marear la perdiz”. No quiero parecerme a esos niños consentidos que, para llamar la atención y sentirse queridos, aprietan las tuercas a los “sufridos” padres.
Pese a lo dicho, dudo pueda cambiar de orientación el blog. Uno intenta ser consciente de sus limitaciones y habla o escribe de sus pequeñas o grandes obsesiones.
No quisiera terminar esta entrada sin agradecer a “los comentaristas” y a los que leen y no comentan que estén ahí, al otro lado. Ese otro lado, es también el mío.
domingo, 20 de septiembre de 2009
domingo, 13 de septiembre de 2009
Nueve.
Nueve son los apartados en los que Juan José Millás ha decidido dividir el reportaje sobre Cachemira del número 1.719 de El País Semanal.
Infierno en Cachemira forma parte de la serie de reportajes que Médicos Sin Fronteras y el País Semanal hacen conjuntamente para intentar acercar a los lectores los conflictos olvidados.
Uno disfruta de la ironía de Millás cuando lee sus artículos y demás escritos.
La ironía, al asociarse al sentido del humor, suele arrancar alguna sonrisa al lector.
Pero en este reportaje no creo se deba definir como ironía algunas frases imaginativas del autor. Y si es así como debe definirse, dicha ironía deja un poso terrible y tenebroso.
Por ejemplo: Además de los trescientos millones de dioses, todos en activo, en la India hay más de mil millones de individuos, dieciocho lenguas oficiales y más de mil dialectos. El número de millonarios, como el de pobres, es difícil de calcular, pero nueve de ellos (de los millonarios) están situados entre los cincuenta primeros de la lista Forbes (no hay de momento lista Forbes de los más pobres).
O este otro ejemplo: La carcasa de mi bolígrafo, fabricado en Tailandia, era transparente. Su depósito parecía un vaso sanguíneo, de modo que a medida que escribía con él acerca de la existencia cotidiana de los cachemires, daba la impresión de desangrarse, más que de consumirse. Todo aquí estaba escrito con sangre.
Juan José Millás, habitualmente, en este suplemento dominical, comenta una fotografía. Siempre con imaginación e implicación traza, mediante la escritura, los rasgos precisos que definen a las personas de la foto.
Seguidores de este blog, intenten ustedes definir los sentimientos de las personas que aparecen en esta fotografía.
Son, Juan José Millás y Abdul Ahad. Abdul aún busca a sus dos hijos desaparecidos en Nepal en el año 2000.
Hay imágenes que no engañan.
viernes, 21 de agosto de 2009
Ébano.
En resumen: la pobreza y la decepción de los de abajo y la codicia y la voracidad de los de arriba crean un ambiente emponzoñado y minado que el ejército olfatea; presentándose como defensor de los humillados y ofendidos, abandona los cuarteles y alarga la mano para tomar el poder.
Ryszard Kapuscinki (Ébano)
sábado, 15 de agosto de 2009
Cabreo.
Además de leer la novela de Roberto Saviano, he visto seguidamente la película de Matteo Garrone basada en aquella.
Hasta donde me llega la memoria, siempre he estado cabreado con lo que me rodeaba. Cuando era adolescente sentía una opresión en el pecho cuando veía que se cometía algo injusto a mi alrededor. He de aclarar que por aquel entonces mi alrededor consistía en mí mismo.
Con el tiempo, debido entre otras cosas a las influencias y a lo que uno hace con ellas, uno va ampliando su campo de sufrimiento a horizontes un poco más alejados que el propio. Y ya cree que su ombligo no es el único ombligo existente. O, por lo menos, lo intenta. Aunque alguna vez hay recaídas y conviene sacar el centro de la tripita a pasear. Y comprobar así cómo hay personas que están peor que uno.
Podría poner muchos ejemplos de cabreo adquirido mediante el arte. Y otros adquiridos mediante la observación. Sin contar con el cabreo consigo mismo. El más mortífero de los enfados. He ahí la consecuencia de la inseguridad.
Películas como “En el mundo a cada rato”, “Los invisibles”, “Las tortugas también vuelan” de Bahman Ghobadin; documentales como “La pesadilla de Darwin de Hubert Sauper, “El tren de la memoria” de Marta Arribas y Ana Pérez… hacen del mundo audiovisual un vehículo perfecto cuyo destino es la exasperación y algo de comprensión.
Libros como el anteriormente citado o reportajes como el de El País Semanal de este domingo de la escritora Laura Restrepo y Médicos Sin Fronteras “Testigos del horror: Las reinas de Saba”… hacen del lenguaje escrito un medio más que idóneo para ver el sufrimiento ajeno.
Uno tiene la sensación que puede hacer más de lo que hace. De ahí que crea que el tren de la felicidad ha parado en una estación y no he querido subir en él. Imposible ser feliz en un mundo como este. Y, para colmo, uno mismo vive en él.
Lo malo del cabreo es que, para mitigar los efectos, con alguien tienes que desahogarte.
Y ahí está la dificultad. Cómo soltar lastre y lo recoja el que te rodea. Pues de ninguna manera. No se puede cargar a nadie con tu peso. Como mucho, sueltas alguna que otra opinión, alguna matización a ser posible enmascarada con la ironía, pero crees que has soltado peso en el vacío.
Quizá sea eso, acostumbrarse a la soledad.
A una soledad cabreada.
domingo, 9 de agosto de 2009
Para Silvio.
Mira que chica mas linda, mas llena de gracia
es esa muchacha, que viene y que pasa
con su balanceo, camino del mar
Ella de cuerpo dorado, del Sol de Ipanema
y su balanceo, es todo un poema
y nunca me mira siquiera al pasar.
Ay, yo me siento tan solo. Ay, yo me siento tan triste.
Ay, la belleza que existe, la belleza que no es solo
suya, y que sueño que quizas me arrulle.
Oh! si ella supiera que cuando ella pasa
el mundo sonriente, se llena de gracia
con su balanceo camino del mar.
viernes, 24 de julio de 2009
Copenhague.
A través de las ventanas sin persianas del salón de una casa situada en Svanemollen, veo una bicicleta pasar. No sé por qué me produce una sensación melancólica.
Con ritmo tranquilo, una muchacha se dirige quién sabe a qué destino.
Quizá vaya a comprar a la tienda cercana de su casa, donde unos argelinos venden, desde las especias más exóticas hasta los productos más comunes. Como por ejemplo, unas frambuesas que ella sabe mezclar, con sabiduría de gourmet, con jengibre y zumo de naranja y, todo ello, se convierte en un maravilloso batido.
Otra opción puede que sea ir a la entrada de la estación más próxima, donde dejará su bici aparcada –junto a decenas más- y se subirá al moderno tren sin conductor rumbo a Norreport.
Posiblemente haya quedado con sus amigos en Kongens Have –los jardines que rodean el castillo-palacio de Rosenborg. Ahí dentro está la Cámara del Tesoro. Contiene las actuales joyas de la Corona. El simple tintineo de la pulsera de una niña, hace que el guardia de seguridad diga con amabilidad, que se la quite para no hacer saltar la alarma.
Quizá vaya por el carril-bici hasta la Plaza del Ayuntamiento, sus amigos a veces eligen para quedar un bar gay de la esquina. Su especialidad es endulzar muy bien el café con un sorprendente azúcar.
O puede que entre en el Tívoli -uno de los parques de atracciones más famoso del mundo- donde asista al estreno de la obra de danza “El porquerizo” de Hans Cristian Andersen. La reina Margarita II, que saludará al final de la obra junto a los actores, ha diseñado el vestuario –incluso el de los cerditos-.
Otra posibilidad es que, después de dejar la bici cerca de la parada, suba al autobús A1
-el conductor lo detiene cuando va adelantado- y baje cerca de la plaza donde se encuentra la residencia de la reina.
Si pregunta al guardia de traje azul –si va de currante-, o rojo –si va de fiesta-, le mostrará en cual de esos palacios vive la familia real. Si espera un poco, verá salir al coche número 12, propiedad de la realeza. No levantará el brazo puesto que no es un taxi y no creo que, pese a la belleza de la muchacha, esté dispuesto el chofer a llevarla al próximo destino.
Éste no es otro que Nyhavn. Pero antes habrá contemplado el edifico de la Ópera
- regalito a la ciudad del empresario naviero Marsk Mc-Kinney Moller.
Ya en el canal, viendo como algunas personas recogen las latas vacías para sacar unas coronas cuando las reciclen en la tienda, -no todos tienen tanto dinero como el barquero-, es posible que cene en una terraza. En mitad de la cena, el camarero -a su lado uno lo ve como en contrapicado- encenderá unas estufas para calentar el ambiente. También tienen a disposición de los clientes más frioleros, unas mantas. A veces no viene mal echárselas por encima de las piernas.
De día se puede zarpar, desde este punto del canal, para dar un paseo en barca por los canales de la ciudad. Pueden hacerse fotos con mucha facilidad y luego pueden borrarse todas, también con mucha facilidad. Fotos a la Sirenita -aunque sea de espaldas- a la Ópera, al barco de la familia real, al museo naval, a la réplica del David de Miguel Ángel, a las casitas que dan al canal con sus barquitos aparcados, a la iglesia de Nuestro Salvador con su subida exterior a la torre, a los puentes que rozan las cabezas de los turistas, a la casita donde vivió Andersen… todas, todas borraditas. Sin fotos digitales ni de carrete, queda el recurso de la foto cerebral.
Si la muchacha que conduce la bicicleta soporta o es partidaria de la contracultura, se dirigirá a Christiania. Allí encontrará una forma de vivir impensable para mentes cerradas. Creemos que sólo se puede vivir como vivimos nosotros. Como si esta fuera la mejor forma. El que desprecia lo que desconoce está condenado a vivir encerrado en su ilusorio paraíso de cristal.
Además, si pasea por los senderos de este mundo hippie y anárquico se encontrará con juegos infantiles evocadores de una infancia cada vez más lejana: un columpio colgado con sogas a un árbol, -donde algún adulto paciente columpiará a alguna niña sonriente- un gran tronco de árbol por donde los niños pueden pasar creyéndose Indiana Jones, laberintos de arbustos, etc. Después de la diversión infantil, podrá abrir el apetito con unas frambuesas y también con unos frutos más ácidos que la madre que los parió. Cenará con sus acompañantes en el jardín de un restaurante de vegetales ecológicos.
Volviendo a la democracia establecida, la joven quizá encamine su bici a la calle Stroget. La que dicen es la calle peatonal más grande del mundo. Payasos y caracterizaciones varias amenizan el ambiente concurrido de este lugar lleno de tiendas.
En una de ellas podrá comprar la pelota que se abre al lanzarla con tiempo establecido por el usuario. Me niego a explicar el mecanismo.
¿Y si es fuera de la capital dónde se dirige? Pues meterá la bicicleta en el tren e irá a Hillerod. En este pueblo hay uno de los castillos o palacios más espectaculares de Dinamarca: el de Frederiksborg. En su interior solamente se pueden visitar unas setenta u ochenta habitaciones. Si va acompañada de algún niño, es posible que en la quincuagésima cuarta sala, la criaturita ya se vaya cansando. Después será difícil aguantarla y poder pasear por los impresionantes jardines que embellecen el castillo.
Si sigue en los alrededores de Copenhague, quizá le apetezca visitar el Frilandsmuseet.
Un museo etnográfico al aire libre donde puede verse cómo vivían los daneses en el pasado. Decenas de casitas trasladadas piedra a piedra desde diferentes lugares de Dinamarca.
Cuando una trabajadora del museo vaya cerrando las casitas, se puede apurar la visita con la estrategia del pillo-pillo.
Otro destino a elegir, bien podría ser, en el barrio de Hellerup, una antigua planta embotelladora de cerveza convertida en museo de ciencias: Experimentarium.
Se puede experimentar con muchos objetos y poner a prueba la inteligencia humana.
Asombra ver como, con tres piezas, algunas personas son capaces de juntarlas y formar una sola. Otras tendríamos que darle con el martillo y el cortafríos para formar algo parecido.
No sé adónde irá la muchacha dándole a los pedales -cualquier destino es bueno en Copenhague- pero yo, una vez afeitado y con la cara impregnada de masaje sensual, cojo una bici, de las varias que hay en la puerta de la casa, y me voy detrás de ella.
La alcanzaré y le preguntaré adónde se dirige. Me contestará sonriendo. Es la ventaja de compartir el mismo idioma.
lunes, 13 de julio de 2009
¡A Dinamarca!



Allí nos espera "verde menta". ¿Se acuerdan ustedes de ella? Fue la que me dio la idea de crear un blog. Ella actualmente tiene el suyo un tanto paradillo. Supongo que cosas más interesantes le ocupan el tiempo. Yo también me estoy planteando cerrar este canal de comunicación; no se si por falta de rentabilidad social, por la sensación de soledad, por desgana o porque a partir de ahora tengo la intención de pasar más tiempo en la calle. Como dice "El mecánico del Swing" en una canción: A la calle, a la puta calle, cuando se chapa el último bar la vida está en la calle. Es posible que todo quede en buenas intenciones. Ya se sabe que a éstas, a las intenciones, hay que darles un empujoncito para que se conviertan en realidades. Bueno, ya se verá. Soy poco dado a las ilusiones valdías.
En todo caso, hasta la vuelta.
jueves, 2 de julio de 2009
La imagen.

A poco que se observe la realidad se verá que vivimos en la sociedad de la imagen. Se puede subir al Everest con un brazo atado a la espalda y a la pata coja y, si no hay un periodista que airee la noticia, la “gesta” pasará desapercibida y el montañero idiota no recibirá su momento de gloria mediática.
El Plan Español para el Estímulo de
Exigido por el Ministerio de Administraciones Públicas, para todas las concesiones que se otorgan bajo el nombre de Plan E y recogido en el BOE con fecha 14/01/09, la información será recibida por los ciudadanos si leen los enormes carteles publicitando las actuaciones.
Y es que además de ser bueno hay que parecerlo.
Dejo para otro momento… o para nunca, algún comentario sobre la ayuda pública a empresas constructoras que otrora tuvieron beneficios “Everísticos” y ahora se acogen a este “rescate” público. Todo sea porque al currante no le falte el empleo. Incapaces, como somos… o como no queremos, de cuestionar el actual modelo económico y debatir sobre alguno alternativo.
Vaya, ya he hecho un comentario. ¡Si es que soy un bocas! No lo publiciten ustedes mucho.
Mariló Montero es periodista, esposa (de Carlos Herrera, también
periodista) y madre (de una adolescente).
Es por esta última faceta por lo que más capacitada la veo para decir
lo que ha escrito en este magnífico artículo: No se lo digas a mamá
DIARIO DE SEVILLA 21/03/09
Me gustaría saber la identidad de los nueve expertos en los que la
ministra Bibiana Aído se escuda para defender que una niña de dieciséis años puede abortar sin consultar con sus padres.
Me gustaría saber de qué son expertos y si son padres y madres. Me gustaría saber en qué se fundamentan para decir que dejar tan dramática decisión en manos de una adolescente aterrada es lo mejor para ella. Me gustaría saber si se han parado a pensar que esa criatura, tras mantener una relación sexual precipitada, va a empezar a sufrir lo que la literatura científica ya ha diagnosticado ante un aborto.
El síndrome de aborto reúne quince síntomas psicológicos que van desde la angustia al sentimiento de culpabilidad, la ansiedad, los terrores nocturnos, la depresión, los trastornos de alimentación o de la vida sexual. Síntomas que pueden llegar a aparecer, dicen los psicólogos de la Asociación de Víctimas del Aborto, incluso años después de haber abortado.
Me gustaría saber con qué valor lanza la joven ministra Aído, con una
sonrisa, como quien anuncia un anticonceptivo novedoso, que una niña de dieciséis años está tan capacitada para abortar como para casarse.
Una niña de dieciséis años no está capacitada para abortar ni para
casarse, por mucho que se esté normalizando lo que son parches en la vida.
Una cosa es que lo haga y otra bien distinta la sacudida que la vida le da a una adolescente casada, quien sale adelante gracias a los apoyos de la familia.
Me gustaría saber quién le va a informar a una adolescente de dieciséis años de que si se queda preñada puede abortar sin decírselo a los padres y también en quién se va a apoyar ante semejante circunstancia.
¿En la mamá-administración, o en su mejor amiga, con la que intercambia los vaqueros e inventa en su habitación coreografías de Beyoncé? Me gustaría saber si esos expertos conocen lo que es ser padres y las complicaciones a las que nos enfrentamos para conquistar la confianza de nuestros hijos en la difícil adolescencia.
Me gustaría saber el protocolo de actuación que se llevará a cabo
cuando una niña de dieciséis años acuda al centro para abortar y cómo será tratada. Me gustaría saber qué pretenden con esta propuesta de ley, que autoriza a que se rompa la confianza entre hijos y padres. Y me gustaría saber qué se pretende de los padres el día que nuestra hija decidiera abortar en soledad. ¿La recibimos con un aplauso? ¿Le damos sopa caliente? ¿Le preguntamos si llegó a ponerle nombre? ¿O quién habría sido el padre? ¿Debemos obviar el tema, o celebrarlo con una barbacoa? ¿Trae esas instrucciones la nueva reforma de la ley del aborto? Una cuestión más: ¿meterán en la cárcel a una madre que le discuta esa decisión a su hija adolescente? O es la ley del "no se lo digas a mamá porque no la
necesitas". Señorita Aído, me gustaría saber si mi hija ha abortado sola.
Porque soy su madre.
Un derecho, no una obligación